En las fiestas de cumpleaños de cualquier niño hay algunos elementos esenciales: una temática, un pastel, algunos globos, una piñata de una asesina convicta.
Al menos esa era la lista de Alana Elizondo de Eagle Pass, Texas, cuando su hija Raelynn solicitó una fiesta temática de Selena Quintanilla para su octavo cumpleaños. A Elizondo y Raelynn las unía su amor compartido por la cantante, una superestrella de la música texana que murió a los 23 años en 1995. En lugar de golpear una piñata con la imagen de su ídolo, Elizondo pensó: ¿por qué no mejor darle unos golpes a su asesina Yolanda Saldívar?
Con la ayuda de un amigo, logró encontrar a alguien que hacía piñatas de Yolanda al otro lado de la frontera, en el vecino estado mexicano de Coahuila. En una entrevista reciente, Elizondo recordó el día en que colgaron la piñata en una pizzería familiar, mientras varios clientes gritaban: “¡Pégale!”.
En algún momento, Saldívar, quien fue declarada culpable de asesinato en primer grado tras dispararle a la cantante en la habitación de un motel de Texas, probablemente ostentó el título de la mujer más odiada del mundo. Saldívar, fundadora y expresidenta del club de seguidores de Selena, fue masivamente despreciada por truncar a la querida cantante en su mejor momento. (Quintanilla había ganado su primer Grammy, al mejor Álbum Mexicoamericano, apenas un año antes).
“En nuestra cultura mexicana, nuestra comunidad, odiamos mucho a Yolanda”, afirmó Elizondo, de 35 años. “Se llevó a alguien que tenía grandes sueños y metas. Arrebató una vida hermosa”.
En los casi 30 años que han transcurrido desde la muerte de Selena, Saldívar se ha convertido en algo parecido a una villana de leyenda popular en los ojos de muchos latinos, por lo que no sorprende que desde hace años haya un mercado estable para las piñatas hechas a su imagen.
Pero Saldívar cumple los requisitos para solicitar la libertad condicional el próximo año y el debut el sábado de Selena and Yolanda: The Secrets Between Them, una serie documental de dos episodios de Oxygen True Crime, los pedidos de piñatas de Yolanda podrían comenzar a llegar a un ritmo más veloz.
Para sus primeras piñatas con temática de famosos, Cristal Zuniga, propietaria de Wild Corazón Designs, una tienda en línea en Houston, encontró inspiración en Bad Bunny; la estrella de Rey Tigre Joe Exotic, y Barbie. Pero tras ver videos en las redes sociales que mostraban a niñas pequeñas golpeando con un palo a una piñata de Saldívar, supo quién sería su próxima “celebridad”.
“Nadie quiere pegarle a una piñata de Selena”, dijo Zuniga. “Todo el mundo dice: ‘No, no quiero hacer eso; mi hija no quiere hacer eso’. Fue entonces cuando empezaron a cambiarla a Yolanda”.
Hace unos años, un cliente que había explorado su tienda en línea le encargó a Zuniga que hiciera su primera piñata de Yolanda.
Zuniga optó por basar su diseño en una fotografía de Saldívar tomada durante una comparecencia ante el tribunal en 1995. Comenzó con un boceto rápido antes de construir la base de la piñata con cajas de cartón reciclado. Todo el proceso tomó aproximadamente 12 horas, contó, y el cabello con papel tisú tomó cerca de un tercio de ese tiempo.
Zuniga afirmó que había recibido pedidos de sus piñatas de Yolanda hechas a mano, las cuales vende en línea por 75,99 dólares, desde mucho más allá de Texas: algunas se envían a Florida, Carolina del Norte y Colorado. Dijo que anticipaba una demanda aún mayor después de este fin de semana.
“Con el documental que está por salir”, dijo Zuniga, “se está volviendo muy muy popular”.
Georgina Rios, del barrio de Wilmington en Los Ángeles, también ha estado vendiendo piñatas de Yolanda en Instagram.
“Hacía tiempo que yo quería hacer una piñata de Yolanda”, contó Rios, de 38 años, “y lo bueno es que un cliente me contactó para hacer una para el cumpleaños de su hija que iba cumplir 21 años. Era con temática de Selena, ¿y quién mejor para romper que Yolanda?”
A Rios le tomó alrededor de cuatro horas hacer la piñata usando cartón, papel tisú y otros materiales comprados en México y en el distrito de piñatas de Los Ángeles. Rios actualmente vende su piñata de Yolanda por 55 dólares, pero dijo que sus precios pueden variar, llegando a veces hasta 150 dólares dependiendo del tamaño y las personalizaciones.
A pesar del interés duradero en las piñatas de Yolanda y la curiosidad por la nueva serie documental de Oxygen, a algunos fanáticos de Selena les preocupa la posibilidad de glorificar a Saldívar y socavar el legado de Selena.
Cuando se le preguntó si ella y su hija planeaban ver la nueva serie documental, Elizondo afirmó que creía que no. Prefiere preservar la memoria de Selena a través de su música.
“Creo que Selena sigue siendo muy popular hoy porque continuamos con su legado y escuchamos su música y le presentamos a Selena a nuestros hijos y a los niños del futuro”, afirmó.
Aun así, se puede exprimir —o tal vez sacar a golpes— gozo a partir de la infamia de Saldívar. En un video de TikTok que Elizondo publicó sobre la fiesta de cumpleaños de Raelynn con temática de Selena, la cumpleañera parece estar pasándola genial dándole repetidos palazos a su piñata de Yolanda.
“Se sintió increíble, como si me estuviera vengando”, afirmó Raelynn, que ahora tiene 11 años, en una entrevista reciente. “Amo a Selena y me estaba divirtiendo tanto en la fiesta que en ese momento solo seguí dándole golpes sin parar”.
Frank Rojas es reportero de la sección Styles y forma parte de la generación 2023-24 de becarios del Times. Más de Frank Rojas